Cien años de cine argentino
Peña, Fernando M. 1968-
Cien años de cine argentino. Buenos Aires : Biblos : Fundación Osde, 2012.
Cien años de cine argentino. Buenos Aires : Biblos : Fundación Osde, 2012.
Solicitar por: IX 79 B11
Comentario
Esta no es una nueva historia del cine
argentino sino una interrogación de las que ya se han escrito a través de la revisión contemporánea de varios
centenares de films importantes.
Constituye un relato
que puede leerse como una totalidad o de manera
fragmentaria, y que adopta una curiosa circularidad: la forma en que se presenta el cine
contemporáneo se parece curiosamente
al inicial. Por su carácter riginal, imprevisible y heterogéneo, por una
producción completamente atomizada, por la relativa facilidad de acceso a los medios de
producción, el más reciente
cine argentino se parece bastante al más antiguo.
Esas
semejanzas se mantienen en algunos rasgos más específicos, como la común
presencia de mujeres cineastas, la ausencia de censura, la dificultad de exhibici6n, la
abundancia de material documental y hasta la presencia de films que diluyen deliberadamente las
fronteras entre realidad y ficción.
El cine argentino tiene especificidades que lo vuelven refractario a los análisis dogmáticos. Aún en su etapa industrial, que en términos productivos quiso asemejarse al modelo norteamericano y al trances, le debe menos a esas otras cinematografías que a sus fuertes vínculos con el tango, la radio o la revista, formas del arte popular de donde procedieron muchos de sus principales interpretes, directores y guionistas. Esas raíces no solo condicionaron de manera particular una determinada estética sino también la configuración de los diversos géneros. Por las semejanzas señaladas entre el primer y el último período permiten preguntarse si el estado natural del cine argentino no será fatalmente ajeno a una industria o por lo menos a las concepciones industriales imitativas que se evocan toda vez que se discute el tema, una cuestión ineludible que estas páginas también abordan.
El cine argentino tiene especificidades que lo vuelven refractario a los análisis dogmáticos. Aún en su etapa industrial, que en términos productivos quiso asemejarse al modelo norteamericano y al trances, le debe menos a esas otras cinematografías que a sus fuertes vínculos con el tango, la radio o la revista, formas del arte popular de donde procedieron muchos de sus principales interpretes, directores y guionistas. Esas raíces no solo condicionaron de manera particular una determinada estética sino también la configuración de los diversos géneros. Por las semejanzas señaladas entre el primer y el último período permiten preguntarse si el estado natural del cine argentino no será fatalmente ajeno a una industria o por lo menos a las concepciones industriales imitativas que se evocan toda vez que se discute el tema, una cuestión ineludible que estas páginas también abordan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario