lunes, 16 de julio de 2012

Lispector, Clarice

Descubrimientos


Lispector, Clarice, 1925-1977.

Descubrimientos : crónicas inéditas. Buenos Aires : A. Hidalgo, 2010.
Solicitar por: II 8 B3439

Comentario
  Con este volumen de textos inéditos se completa la publicación en castellano de las crónicas que Clarice Lispector (1920-1977) escribió para el Jornal do Brasil entre fines de los años sesenta y comienzos de los setenta. Junto con el primer volumen, Reveflación.de un mundo, publicado por Adriana Hidalgo editora en 2004 –y con sucesivas reimpresiones hasta el presente–, se termina de delinear este verdadero laboratorio narrativo y de ideas, para trazar el mapa sobre la región menos explorada de su literatura.
  Algunos de los temas que aparecen en estos textos heterogéneos, inclasificables e inesperados, son el amor, el tiempo y la muerte, bajo dimensiones pocas veces exploradas con tanta maestría. En cada línea la autora refleja su compleja personalidad y si bien se habla genéricamente de "crónicas", Clarice desafía al género y atraviesa sus fronteras. Son interminables los itinerarios que pueden trazarse a través de estas narraciones: siguiendo el hilo de los temas, de ciertos personajes; de los objetos y situaciones que captan su atención, de las preocupaciones literarias, metafísicas, entre otros.
  El lector que acceda a estas páginas será testigo de una suerte de epifanía, de una revelación.


El vía crucis del cuerpo



Lispector, Clarice, 1925-1977.
El vía crucis del cuerpo. Buenos Aires : Corregidor, 2011.
Solicitar por: II 8 B3443

Comentario
  Difícil toparse en la vida o en los libros con una per­sona tan enamorada a Ia vez de la vida y de la muer­te como Clarice Lispector –salvo quizás Isaac Bashevis Singer, pero la gracia incandescente de Lispector es que sea mujer, además de judía ucraniana brasileña–. Si me conceden una breve incursión por la autopista de las ge­neralizaciones, nadie entiende mejor el precio de la vida, en todos sus sentidos, que un judío. Y nadie entiende mejor la paga de la vida que un brasilero. Si esas dos naturalezas convergen en alguien, y no se neutralizan, se potencian de manera inconcebible. Uno de sus tra­ductores, Gregory Rabassa, dijo una vez: "Si Kafka fuera mujer y brasileña, si Marlene Dietrich escribiera..." Yo lo diría así: no hay nada más glorioso que una mujer loca de amor por la vida, y nada más pavoroso que una loca de amor por la muerte. Lispector era las dos. Reaccio­naba con todo su cuerpo a cada primavera ("Siento un perfume de polen en el aire. Tal vez sea mi propio po­len"), era capaz de salir a la calle un día de sol después de una gripe y no poder contenerse de decir, a quien quisiera escucharla: "Qué lindo es estar con los demás". Y a la vez escribir: "Después de morir no se va al paraíso: el paraíso es morir. Lo que Ilamo muerte me atrae tanto que sólo puede calificarse de valeroso el modo en que, por solidaridad con los otros, me aferro a lo que Ila­mo vida y, a pesar de la intensa curiosidad, espero".


La araña




Lispector, Clarice, 1925-1977.
La araña. Buenos Aires : Corregidor, 2012.
Solicitar por: II 8 B3435

Comentario
  Clarice Lispector definió a La araña como "un libro triste, un libro triste que me dio un placer enorme escribir". Publicada en 1946, esta segunda novela confirma a la excepcional narradora que ya se había anunciado en su primer libro, Cerca del corazón salvaje. Clarice Lispector nació en Ucrania en 1925, pero fue criada en Brasil. Murió en 1977 y deja ocho novelas, ocho volúmenes de cuentos y cuatro libros para niños, además de innumerables crónicas periodísticas. La escritora francesa Héléne Cixous —una de las estudiosas más destacadas de su obra— dijo de Clarice: "Ella era el resultado de haber nacido dos veces en poco tiempo, una vez en un continente, nacimiento retenido durante dos meses para renacer en otro continente, nacida dos veces de un viaje lento, difícil y precipitado, para finalmente llegar a la lengua brasileña. Después no dejó de seguir llegando a su propia lengua con ese ligero desfase. Lo que le otorgó para siempre tener esa suerte y esa extranjeridad: adoptaba el brasileño, lo descubría nuevo en cada frase".


La hora de la estrella


Lispector, Clarice, 1925-1977.
La hora de la estrella. Buenos Aires : Ediciones Corregidor, 2011.
Solicitar por: II 8 B3434

Comentario
  Esta novela contiene trece títulos, una muchacha nordestina llamada Macabea, un escritor desesperado de nombre Rodrigo S.M., una cartomante que fue prostituta, un médico que detesta su oficio, un novio impaciente, un gallo que inesperadamente canta en el puerto de Río de Janeiro. Todas estas cosas están en la novela moduladas por la escritura singular de Clarice Lispector que logra incluir el silencio y el grito. “Escribo para liberarme de mí misma” dijo Clarice, quien irrumpió en la vida literaria brasileña en 1943 con la novela Cerca del corazón salvaje. Después vendrían varias novelas más (La araña, La ciudad sitiada, La pasión según G.H. y Un soplo de vida, entre otras), libros de cuentos (Lazos de familia, Felicidad clandestina, El vía crucis del cuerpo, La bella y la bestia), crónicas, libros infantiles y algunos textos inclasificables como Agua viva. La hora de la estrella es el último libro que Clarice Lispector publicó en vida, pocos meses antes de morir el 9 de diciembre de 1977. Como su personaje Macabea, ante la inminencia de la muerte, Clarice también supo darnos -con esta novela- su más poderoso resplandor.



La legión extranjera





Lispector, Clarice, 1925-1977.
La legión extranjera. Buenos Aires : Corregidor, 2011.
Solicitar por: II 8 B3441

Comentario
  Hay en este libro una parte significativa de la amplia poética de Clarice Lispector.
  Como afirma quien conduce la narración en el primero de los admirables y arrobadores cuentos aquí dispuestos por orgánica sabiduría: las palabras me anteceden y me sobrepasan, me tientan y me modifican, y si no me cuido será demasiado tarde: las cosas se dirán sin que yo las haya dicho.
  De esa prueba de poder y de relativa independencia de la lengua se extrae la sustancia misma de un arte verbal capaz de articular distintos tipos de registros, que obedecen a la variedad y mutación de los estados de espíritu bien como a la variedad y mutación de las experiencias (observadas o imaginadas, siempre intensamente vividas).


Revelación de un mundo


Lispector, Clarice, 1925-1977.
Revelación de un mundo. Buenos Aires : A. Hidalgo, 2011.
Solicitar por: II 8 B3440

Comentario
“Este libro maravilloso, publicado por Adriana Hidalgo, reúne las crónicas que Clarice Lispector escribió para el Journal do Brasil, seleccionadas y traducidas por Amalia Sato. En esas crónicas insólitas, que por desgracia no podríamos ni imaginar en ningún periódico español de estos tiempos, Clarice Lispector habla de lo que quiere, cuenta historias, anécdotas, pensamientos, sensaciones. (...) Cualquiera de las piezas de Lispector exhala la misma capacidad hipnótica que está en su ficción.”
La Vanguardia, de Barcelona

“Lispector es la más audaz escritora en lengua portuguesa. Para el que no la conozca, llegó la hora. Revelación de un mundo es uno de los diez mejores libros del año.”
Revista Rolling Stone

“Lo que hace interesantísimas estas crónicas es que son la exposición de una transparencia, la exhibición de un espíritu que necesita oponerse a la trivialidad apelando al misterio. Lispector se muestra compacta en su temblor, irrebatible en sus dudas, siempre heterodoxa respecto al género periodístico. Sus crónicas no difieren de sus novelas, simplemente están tocadas por la levedad del género, y se diría que para ella son un campo de pruebas, un modo de tantear la naturaleza de la escritura.”
El País, de Madrid

“Clarice Lispector (1925-1977) busca y encuentra en sus crónicas una figura eminente: la del misterio, ese borde de lo real donde lo equívoco y lo inequívoco terminan siendo indiscernibles (...) Sus crónicas son, en este sentido, un auténtico relevamiento del lado oculto de lo cotidiano, y escenario certero para la transparencia de su inquietante realidad.”
La Nación, de Buenos Aires


Un aprendizaje



Lispector, Clarice, 1925-1977.
Un aprendizaje, o, El libro de los placeres. Buenos Aires : Ediciones Corregidor, 2012.
Solicitar por: II 8 B3442

Comentario
  Había dicho que quería que ella, al preguntarle su nombre, no respondiese "Lori", sino que pudiese responder "mi nombre es yo", ya que tu nombre, había dicho él, es un yo... Novela de aprendizaje, educación sentimental, pedagogía del amor; en Un aprendizaje o El libro de los placeres (1969) el devenir se da en función del placer. Una aparente banal historia de amor entre Ulises, joven profesor de filosofía y Lori, solitaria y misteriosa maestra de primaria que aún no está preparada para entregarse. Ulises la instruye, la guía y, casto y sereno, la espera. Lori lo escucha, lo sigue y, no sin angustias, emprende un viaje a lo más profundo de su ser. En un gesto introspectivo también Clarice Lispector experimenta con la lengua y la forma, llevando al límite su escritura y plasmando el ejercicio en la página misma. Se trata de una novela que reescribe textos autobiográficos anteriores, en parte, las crónicas que venía publicando desde 1967 en O Jornal do Brasil. Aparecida luego de la excepcional La pasión según G.H. (1964), Un aprendizaje retorna y resalta preocupaciones recurrentes en la obra de Clarice como el ser y el placer, y radicaliza la fuerza de esa escritura enigmática que años más tarde culminaría con La hora de la estrella (1977).


Un soplo de vida



Lispector, Clarice, 1925-1977.
Un soplo de vida (pulsaciones). Buenos Aires . Ediciones Corregidor, 2011.
Solicitar por: II 8 B3433

Comentario
  "Ángela es mi intento de ser dos. Sin embargo ella me es yo", dice el autor. "Soy una actriz para mí", replica Angela, hablando de sí para sí. Declaradamente creación del autor, esa escritora tiene, sin embargo, una personalidad propia: la conclusión de él alterna con la de ella, dos monólogos alternados que jamás confluyen en un diálogo. No hay correspondencia entre las dos pautas verbales del mismo improviso narrativo, que forman, aún, una sola escritura errante, empática, hiperbólica, repetitiva, contaminando al lector con la fuerza subterránea de un entusiasmo maligno, infeccioso -de un "infectious enthusiasm", corno diría Jane Austen- que se propaga de la presencia declarada de Clarice Lispector. Personaje de sus personajes, autora y lectora de su propio libro, que en él y a través de él se recapitula, Clarice Lispector, ortónima en medio de sus heterónimos, finalmente se incluye en el cierre de la obra, escribiendo el anticipado epitafio por donde comienza y acaba el texto de Un soplo de vida. 




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